Queridos compan?eros:
Parece que superamos esta fase de la crisis que nos ha impuesto mundialmente el coronavirus. Ha puesto a prueba nuestra vocacio?n de servicio a las personas fra?giles y ma?s vulnerables, los mayores.
Desde mi lugar de presidente de la Fundacio?n y de enfermo de COVID-19 en recuperacio?n, me siento particularmente unido, de corazo?n, a las hermanas y hermanos mayores que han sufrido la infeccio?n y sus consecuencias (algunas fallecidas), a las comunidades religiosas, a vosotras, cuidadoras en primera li?nea del riesgo y dando respuestas profesionales y tenaces, generosas y altruistas, en mayori?a.
El 25 de mayo de 1550, en un pequen?o pueblo del sur de Italia, naci?a Camilo de Lelis. Siendo muy joven, creo? una Compan?i?a, y luego una Orden religiosa para cuidar “con el corazo?n en las manos”. Lo hizo en un contexto de pandemias, donde haci?a falta personas dispuestas a cuidar por el valor mismo de cuidar, no por obligacio?n.
Os agradezco, os reconozco, os felicito por el trabajo realizado y os animo para el que queda. A mi? me anima pensar en vosotras, conjugando el verbo cuidar con pasio?n, con la misma pasio?n con la que nuestros Fundadores crearon proyectos de valor humanizador.
Un abrazo y mucho deseo de salud.
Presidente de la Fundación San Camilo
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